Adicción a la Heroína

¿Qué es la heroína y cuáles son sus consecuencias?

La adicción a la heroína consiste en la dependencia a este opioide de modo que la persona es incapaz de controlar la necesidad de consumirla, aún cuando sufre efecto realmente perjudiciales en su organismo y en su vida en general. Esta enfermedad se manifiesta cuando la persona desarrolla tolerancia, por lo que cada vez necesita más para alcanzar el mismo efecto, y dependencia, porque no puede cortar el consumo.

La heroína o caballo (como se la conoce en la jerga callejera) es una droga que se consigue a partir de la síntesis química de la morfina. La morfina, a su vez, es una sustancia que se extrae de la planta del opio y que tiene altas cualidades sedantes y analgésicas. Por ello se habla de opioides cuando se mencionan ambas sustancias, y otras como la codeína y el fentanilo (50 veces más potente que la heroína).

Por esa capacidad fuertemente sedante, analgésica y placentera (que se denomina “viaje” en el argot callejero), la heroína tiene una enorme capacidad adictiva. El sistema nerviosos central se acostumbra velozmente a ella.

Presentada en forma de polvo blanco o marrón, o bien como una masa pegajosa que recibe el nombre de alquitrán negro, la heroína puede consumirse de tres formas:

  • Inyectada por vía intravenosa
  • Fumada (crack)
  • Aspirada para aprovechar el vapor al quemarla

¿Por qué la gente consume heroína?

Como en toda adicción, los motivos para consumir responden a causas multifactoriales: desde conflictos personales y sociales que superan las capacidades de la persona para afrontarlos y busca medios para evadirse, hasta características psicológicas y genéticas, pasando por circunstancias ambientales y hereditarias. No existe un único motivo por el cual alguien decide probar la heroína y, con el tiempo, desarrollar un adicción a esta sustancia.

Lo que sí está claro es qué reporta esta droga. El sistema opioide constituye un sistema propio de nuestro organismo encargado de regular funciones físicas y psíquicas: sensaciones de placer, dolor, satisfacción, funciones respiratorias y cardiovasculares. Esto significa que el organismo humano produce de forma natural opioides, que se denominan por ello endógenos. La heroína, por tanto, es un opioide para activar, estimular, este sistema de forma antinatural y muy potente.

El problema es que esa estimulación provoca cambios neuronales, modifica el funcionamiento cerebral, de modo que éste se acostumbra rápidamente (más que en otras drogas) a ese estímulo. La dopamina, que es la molécula del deseo, refuerza esa experiencia placentera de modo de ordenarnos ir a por ella en el futuro. Y como no entiende de límites, genera tolerancia, es decir, que cada vez necesitaremos más para provocar el mismo efecto. Desarrollamos adicción a la heroína.

Así, en los tres tipos de consumo, la heroína provoca un efecto inmediato y potente sobre el cerebro, activando rápidamente el sistema de recompensa. Cuando llega la cerebro, esta sustancia se transforma en morfina y se adhiere a los receptores opioides. Y al promover la liberación de grandes cantidades de endorfina, la persona siente bienestar porque disminuye el dolor físico y aumenta la sensación de placer.

Las personas que consumen heroína indican efectos psicológicos y físicos como:

  • Euforia
  • Un placer parecido al orgasmo
  • Sensación de bienestar
  • Cualidades analgésicas
  • Falta de apetito
  • Sensación de nauseas y vómitos en los consumos iniciales

Por esa capacidad fuertemente sedante, analgésica y placentera (que se denomina “viaje” en el argot callejero), la heroína tiene una enorme capacidad adictiva. El sistema nervioso central se acostumbra velozmente a ella. De hecho, la heroína es una de las drogas que más rápido enganchan a quienes la prueban, que desarrollan tolerancia a la dosis y necesitan cada vez más cantidad para conseguir el mismo efecto.

Una característica habitual de la persona que sufre adicción a la heroína es que además consumen otras drogas. Este consumo alternado de sustancias, que a menudo se realiza con la intención de generar diferentes sensaciones según la secuencia de consumos y de tipos de sustancias, se conoce como poliadicción. Y, por supuesto, representa un factor de riesgo mayor para terminar en urgencias en un hospital.

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Efectos y riesgos de consumir heroína

Pero el riesgo de muerte al consumir heroína es real. Y se debe a que actúa de tal forma sobre el sistema nerviosos que disminuye la frecuencia respiratoria. El peligro consiste en que esta depresión respiratoria termine en paro respiratorio y, como consecuencia, en insuficiencia de oxígeno en los órganos y los músculos, lo cual se conoce como hipoxia.

Los riesgos psicológicos y físicos de la adicción a la heroína son:

  • Alteraciones de la personalidad
  • Dependencia psicológica al consumo de la sustancia
  • Problemas de memoria
  • Adelgazamiento
  • Anemia
  • Insomnio
  • Caries
  • Falta de deseo sexual
  • Enfermedades infecciosas (VIH, Hepatitis C)
  • Infecciones en las válvulas cardíacas
  • Venas colapsadas
  • Abscesos en la piel
  • Artritis y problemas reumáticos

¿Cuántos años vive un adicto a la heroína?

En Estados Unidos, la muerte promedio de una persona adicta a la heroína era de 37 años. Pero responder a esta pregunta de forma determinante es imposible. Si bien la heroína es una droga potente que genera deterioro y puede a afectar el funcionamiento de órganos concretos, el deceso por consumo dependerá de muchos factores individuales y ambientales, que varían con cada caso.

Lo que sí se sabe es que la probabilidad de muerte aumenta por más de cinco veces respecto a la media de la población general para las personas que sufren adicción a la heroína.

¿Qué puedo hacer para dejar la heroína?

Si la adicción a la heroína te está destruyendo, como ocurre con la totalidad de personas que consumen esta sustancia, lo principal es pedir ayuda. Pocas personas, por no decir nadie, pueden salir solas de esta dependencia. Y para ello debes dar dos pasos fundamentales

  1. Comunicar a tus familiares la necesidad de salir
  2. Acudir a un profesional, para lo cual tu familia puede ayduarte.

A partir del contacto con la persona especializada, se abre un mundo de posibilidades para iniciar tratamientos en centros de desintoxicación para superar la adicción a la heroína. La asistencia de personal médico, psicológico, de enfermería, entre otros, en estas residencias temporales sirve para conseguir la limpieza del organismo y la deshabituación a la sustancia. Sobre todo, en las primeras semanas, ayudan a superar el síndrome de abstinencia de la heroína.

Y es que, al cortar de forma abrupta el consumo de heroína, la persona sufre fuertes síntomas desagradables conocidos como síndrome de abstinencia. Este cuadro ha de ser controlado por personal sanitario, que regula las funciones orgánicas con medicación, en una clínica de desintoxicación.

El síndrome de abstinencia en la heroína, que se produce cuando el cuerpo se acostumbra a recibir una determinada dosis y lo privamos de la misma, resulta muy desagradable. Los síntomas del “mono” (como se le llama popularmente) a la heroína pueden durar entre 24 y 72 horas, e ir remitiendo hasta los 10 días. Luego de desaparecer se entra en el proceso de deshabituación para conseguir mantener la abstinencia.

El síndrome de abstinencia a la heroína incluye síntomas como:

  • Fuerte ansiedad
  • Sudoración
  • Picor y molestia en la nariz
  • Nauseas y vómitos
  • Insomnio
  • Diarrea
  • Fiebre

Después de ponerse de moda en los 70 entre los círculos universitarios españoles, la heroína causó estragos en este país en la década del 80 entre personas de 20 a 35 años, de todos los niveles económicos. De hecho, llegó a considerarse como una epidemia la situación sanitaria provocada por la extensión del consumo de esta droga y el rápido deterioro físico de las personas heroinómanas.

Por otra parte, la forma inyectada de consumirla y la costumbre de compartir jeringuillas se asoció a la proliferación del HIV y otras enfermedades mortales. Leer artículo entero.

Con el tiempo, el consumo de heroína retrocedió y se limitó a círculos marginales social y económicamente.

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